miércoles, 29 de julio de 2009

HONDURAS El miedo a una palabra de dos letras

Por Helen Umaña
El 28 de junio venía de Guatemala con el único y exclusivo propósito de votar a favor de la cuarta urna. Veía, en ésta, la posibilidad concreta de un cambio hacia senderos de beneficio colectivo. Era el camino para modificar, con el consenso de todos los partidos políticos y de una amplia difusión y discusión (a través de los medios de comunicación, foros, comentarios, etc.), una Constitución cuyas lagunas son evidentes. La ciencia dice que nada es estático y que todo lo hecho por el ser humano es susceptible de perfeccionarse. Manejar que la cuarta urna lo que pretendía era la reelección de Mel ha sido la distorsión más grande en la historia política del país. La hipotética Constitución se redactaría ya cuando Mel hubiese dejado de ser presidente. Su elaboración estaría, pues, en manos de diputados elegidos por quienes se acercasen a votar. De ahí que la propuesta de la cuarta urna prendiese, con tanto entusiasmo, en la voluntad de los sectores históricamente marginados: campesinos, obreros, grupos étnicosŠ
Por esa razón, cuando en el bus que me traía de Guatemala me enteré del golpe de Estado, el impacto emocional fue intenso. En esencia, abortar, con alevosía, la semilla de lo que pudo ser un encaminar al país por senderos de equidad y justicia. Darle un golpe de muerte a la posibilidad de un sueño factible: la construcción de una sociedad en donde, no como varita mágica sino como proceso de ardua construcción, se empezasen a solventar las necesidades más urgentes de comida, salud, educación y vivienda para la mayoría. Mel había dado el primer paso. Impedírselo, con el golpe de Estado, fue como abrir la puerta para llevar al país a una espiral de violencia cuyas consecuencias ya se empiezan a sentir: secuestros, asesinatos políticos y persecución a los disidentes. Una realidad que ya se ha instalado en el horizonte de la patria. Al amparo de la nocturnidad y la falta de energía eléctrica, la captura del artista de la caricatura Allan MacDonald (con todo y su hija de diecisiete meses); los asesinatos de Isis Obed Murillo (en el aeropuerto de Toncontín) y de Róger Ivan Bados González y Ramón García, miembros del partido Unificación Democrática (UD) son ominosas señales del abismo hacia el cual Honduras se encamina. A menos que prevalezca la sensatez (que pasa necesariamente por el restablecimiento del Estado de derecho), no es aventurado vaticinar que se está a las puertas de una vorágine social sin precedentes: la reactivación de la tenebrosa Doctrina de la Seguridad Nacional y, como lógica respuesta, la adopción de formas de lucha que llevan consigo incalculables cuotas de dolor y sangre. Una factura que, a la postre, pagará la sociedad en su conjunto. Al respecto, la historia de la humanidad es un espejo en el cual los sectores dominantes del país -por su inveterada miopía- todavía no se han visualizado.
La pesadilla que se repite. El protagonismo de las botas. Las imágenes de los militares apuntando, en posición de combate, a humildes mujeres, a jóvenes imberbes y a personas desarmadas son devastadoras. En ToncontínŠ, el sonido de las balas. El huir alocado de la gente. El ulular de la ambulancia. El cuerpo frágil sostenido por manos solidarias... Un revivir la estela de sangre y terror que han dejado en Latinoamérica los ejércitos nacionales. Ratificar que el monstruo sigue vivo, agazapado, listo a dar el salto y el zarpazo cuando los grandes consorcios internacionales y sus socios nacionales así lo indiquen. Desde siempre, el brazo armado del poder económico. Y, en niveles de alta graduación, ellos mismos convertidos en poder económico que actúa en defensa de sus intereses.
El contubernio iglesias-poder político. Es indignante el espectáculo de los pastores evangélicos y de la alta jerarquía católica encabezando y bendiciendo las marchas de la oligarquía. Con falaces mensajes bíblicos, violentando las conciencias para llevarlas a la posición política que les permitirá seguir medrando a la sombra de sus iglesias, no casas de oración, sino auténticos emporios económicos. Complementado, todo, con otro bochornoso espectáculo: en un Estado constitucionalmente laico, los «honorables» diputados y sus testigos de honor (Custodio, Aguilar Paz, Leitzelar, Mauricio Villeda, Irma Acosta de FortínŠ) agarrándose las manos e inclinando la cabeza, pronunciando una oración en el momento mismo en que, enarbolando una falsa carta de renuncia, ratificaban su traición y consumaban el golpe de Estado.
La guerra mediática. En los meses precedentes al golpe de Estado, la oposición a Mel Zelaya llegó a niveles jamás vistos. Quizá, en ninguna parte del mundo, un periodismo como el hondureño. Especialistas en sesgar y manipular la información. Todos los días mintiendo flagrantemente. Conductores de programas radiales y televisivos moviendo la noticia hacia el lugar en donde sopla el dinero. Tergiversando los hechos para confundir al receptor. Al día siguiente del golpe, desde Radio América, llamando a encauzar el país por las vías de la «normalidad»: «Preséntense en las fábricas, en los negociosŠ»; «Dejémosle la política a los políticos y que los niños y maestros vuelvan a la escuela, los obreros a sus fábricasŠ»; «Aquí no ha habido golpe de EstadoŠ»; «Aquí todo es normal»; «Es necesario producirŠ». En otras palabras, producir para seguir llenando los bolsillos de la minoríaŠ La infamia revestida de amor patrio.
La ambigüedad e indiferencia de la máxima casa de estudios. Duele el comunicado gallo-gallina de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, institución, en horas más lúcidas, a la vanguardia del pensamiento progresista y democrático. ¿Dónde el análisis de la crisis social y política? ¿Dónde el comunicado orientador para un pueblo carente de instituciones que salvaguarden sus intereses? ¿Cómo puede hablarse de vinculación universidad-sociedad si se evade el compromiso del análisis y del mensaje clarificador? ¿En qué momento se extravió el rumbo de la dignidad?
El manipuleo lingüístico. Desde la espuria sesión del domingo cuando se nombró presidente a Micheletti, éste insistió en que no era un golpe de Estado y lo llamó «un acto de sucesión presidencial». El lenguaje designa realidades y, en función social, no es un instrumento de uso antojadizo. Como se lo hizo ver un corresponsal español, cuando un contingente armado asalta la casa del presidente; lo secuestra y lo envía, contra su voluntad, a Costa Rica, eso sólo puede llamarse golpe de Estado. Aquí y en cualquier parte del mundo. Por más que los medios, los funcionarios y los diplomáticos desleales, mentirosos y oportunistas repitan las palabras del usurpador. El inútil querer tapar el sol con un dedo. La comunidad internacional y el pueblo, que no es el ignorante que muchos creen, lo saben.
El papel de comparsa a que se redujo la querida figura de Ramón Custodio, ¡a quien tanto debo en lo personal!, pero a quien, por respeto a mi propia conciencia, tengo que referirme al haberlo visto en el más triste papel de su carrera! ¡Que es mejor que a Mel lo hayan enviado a Costa Rica ya que, por lo menos, está vivo!, dijo. La cuestión de fondo es el acto ilegal que con él se cometió. Eso era lo que había que condenar. Nunca, con su presencia (es el Comisionado Nacional de Derechos Humanos), avalar la monstruosidad jurídica perpetrada contra un presidente legítimamente electo. Y, como broche de oro: afirmar que eran balas de goma las que usó el ejército la tarde en que, violando la Constitución, vedaron el aterrizaje de Mel en Toncontín. De goma, pero acabaron con la vida de un joven de diecinueve años. (¡Con una humilde «burrita» aguantó las largas horas de espera con un único propósito: vitorear al presidente en el cual había cifrado la esperanza de un mañana mejor! Su pequeña pero gran odisea desde su remoto pueblo y las palabras de su digno padre explicando sus móviles son signos entrañables que hablan de ilusión en un futuro más humano y más dignoŠ , pero también de sueños rotos por la brutalidad represivaŠ).
En un pueblo hambriento (hace pocos días una campesina, como no había dinero para comprar maíz, para fabricar tortillas, echó mano del que ya estaba «curado» para la siembra; resultado: tres hijos en el hospital y el de cinco años, en el cementerio), en donde el abismo entre ricos y pobres cada vez se hace más profundo y que, por lo mismo, no es cuestión de borrarlo con abrazos de paz y de reconciliación de la «familia hondureña», según cantan los defensores del golpe, la cuarta urna era una opción para intentar cambios positivos. Nunca, al pueblo llano (ese que es marginal y vive en los bordos y en los barrancos de la miseria), se le había dado la oportunidad real de expresar su sentir. Y, con el «Sí», la posibilidad de mejorar un instrumento (una nueva Constitución) que guiase la vida futura de la nación. Lo reiteramos: todo es susceptible de perfeccionarse. Máxime tratándose de la Carta Magna en donde las cuestiones son trascendentales en la cotidiana construcción de la república. Pero los sectores de poder (especialmente la clase política enquistada en el Congreso y que ha esquilmado el erario a través de las grandes erogaciones que se les otorgan a los diputados, supuestamente para obras de beneficio en sus comunidades) le temieron a la avalancha de un «Sí» popular. Sospecharon -con razón- que podía representar el fin de sus incalculables dividendos. El golpe de Estado fue su manera torpe y desesperada de oponerse a la incontenible marea humana que cada vez es más consciente de sus verdaderos intereses y de la mejor forma de defenderlos. Para muestra, una consecuencia inmediata: en un santiamén se hizo añicos la base social de los partidos políticos responsables de la acción delictiva.
Estamos, pues, frente a estatuas con pies de barro. Su desmesurada reacción ante la crucial pregunta de la encuesta abortada revela su debilidad. Son poderosos y se amparan en las múltiples redes nacionales e internacionales que propicia el dineroŠ, pero le temen al pueblo. Saben que éste es mayoría y que, en justa lid, ellos llevan las de perder. Esa es una de las grandes lecciones que, de estos días trágicos, se debe extraer. Aunque lenta, la rueda de la historia nunca se detiene.
Desde hace treinta años, sólo he escrito sobre arte y literatura. Pero la ruptura del orden constitucional y el descaro con que actuaron Micheletti y sus socios golpistas me sacaron de la voluntaria torre de marfil. Las alucinantes imágenes de esa sesión grotesca en que se le dio un golpe de muerte a la débil democracia hondureña me han confirmado que el artista y el intelectual no pueden esconderse en una pretendida neutralidad. Tratándose del bienestar colectivo no hay apoliticidad que valga. El silencio equivale a aquiescencia y complicidad. Por lo tanto, tomo partido. En los momentos decisivos -cuando está en juego el devenir de los años futuros en Latinoamérica- a lo estético, se sobrepone la opción ética. Y ésta me dice, con claridad meridiana, de qué lado están la razón y la justicia.
Mis palabras no pretenden formular un análisis de la situación (para eso están los sociólogos y politólogos). Pero externar mis sentimientos es una necesidad vital y perentoria. Por un lado, un profundo dolor por el cúmulo de signos negativos que saturan el ambiente. Por el otro, la esperanzada convicción de que los sectores marginados, aún con tropiezos y dificultades, siempre encuentran la ruta hacia mejores derroteros. Nunca camina en reversa la rueda de la historia.

miércoles, 22 de julio de 2009

Honduras, el espectro de la guerra civil

Alice Jay

Con el colapso, el fin de semana pasado, de las negociaciones destinadas a resolver la crisis política, la amenaza de una guerra civil se cierne sobre Honduras. El mediador, Presidente de Costa Rica Oscar Arias, ha dado a las partes un periodo de reflexión de tres días en un intento desesperado de rescatar la vía diplomática.
Estamos ante un momento crucial para el futuro de Honduras y para la democracia en la región.El gobierno golpista, que ha sido condenado internacionalmente, ha abandonado la mesa de negociaciones rechazando los acuerdos propuestos. Su decisión de aferrarse al poder a cualquier precio podría desencadenar una escalada de violencia en Honduras, y fomentar divisiones y beligerancia en la región.
Tenemos 48 horas para exigir a todas las partes que retomen las negociaciones diplomáticas y eviten un enfrentamiento civil armado. Debemos hacer oir nuestas voces y dejar bien claro que, al igual que nuestros líderes en la región, todos queremos una solución política basada en los principios demócraticos. Suma tu nombre y entregaremos la petición directamente al Presidente Arias la semana que viene:
http://www.avaaz.org/es/honduras_democracy
El golpe del 28 de junio ha dejado a Honduras en la crisis constitucional más importante de su historia y ha golpeado toda la región. El intento del Presidente Zelaya de reformar la Constitución para abrir la posibilidad de su reelección fue tildada de ilegal por el Congreso y la Corte Suprema. Poco después, el Presidente Zelaya fue arrestado y obligado a abandonar el país.
Un coro de voces políticas alrededor del mundo ha condenado el quiebre del orden constitucional en Honduras, la represión ejercida por el gobierno de facto, y el ataque a los derechos y libertades fundamentales. La Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, y el Presidente de EE.UU. Barack Obama han demandado una acción urgente para retornar al orden institucional a través del regreso del Presidente Manuel Zelaya a sus funciones.
Algunos argumentan que el pueblo hondureño no quiere que Zelaya regrese, pero más allá de las personas, se trata de defender las instituciones, principios y reglas democráticas que nos protegen a todos. Unidos, tenemos la oportunidad de demostrar que no sólo Honduras sino América Latina en su conjunto abraza férreamente los ideales democráticos: presentemos una declaración masiva de ciudadanos instando al regreso del orden constitucional y enviando una clara advertencia a los líderes militares de la región que puedan querer seguir el ejemplo de Honduras. Firma la petición y reenvíala a tus amigos y familiares. Si logramos sumar un número importante de voces, seremos escuchados en Costa Rica y en toda Latinoamérica.
http://www.avaaz.org/es/honduras_democracy
Con esperanzas,
Alice, Paula, Ricken, Luis y todo el equipo de Avaaz
Más información:

  • "Chile advierte de consecuencias muy delicadas si fracasa diálogo en Honduras", ADN, 21 de julio de 2009:
    http://www.adn.es/politica/20090720/NWS-1227-Honduras-Chile-consecuencias-delicadas-advierte.html
  • "Honduras: esa autoritaria obsesión con lo seguro", Clarín, 13 de julio de 2009:
    http://www.clarin.com/diario/2009/07/13/opinion/o-01957229.htm
  • "La Comunidad de Democracias, por el regreso del orden constitucional en Honduras", AFP, 12 de Julio de 2009:
    http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5jNPUHoScbp4uXHtflrVdHRdoDlGw
  • "EEUU aboga por el restablecimiento del Gobierno constitucional en Honduras", ADN, 13 de julio de 2009:
    http://www.adn.es/politica/20090712/NWS-0405-EEUU-Honduras-Gobierno-restablecimiento-constitucional.html

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  • sábado, 18 de julio de 2009

    Acepta Zelaya plan de Arias; Micheletti lo rechaza

    Tegucigalpa, 18 Jul (Notimex).- El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, aceptó bajo varias condiciones el plan del mandatario costarricense Oscar Arias para restablecer la gobernabilidad en ese país, mientras el gobernante de facto, Roberto Micheletti, lo rechazó.

    La propuesta, que incluye restituir a Zelaya e instalar un gobierno de unidad y reconciliación, fue presentada por el mediador Arias durante la segunda etapa de las conversaciones que se llevaron a cabo este sábado en San José.

    "Estamos de acuerdo, pero siempre y cuando todos los poderes del Estado estén integrados en el nuevo Gobierno", declaró Zelaya a la cadena hondureña Radio Globo.

    El destituido mandatario anunció además que, tras aceptar el plan de Arias, su regreso a Honduras "es cuestión de horas", pese a que existe contra él una orden de arresto emitida por el gobierno de facto que encabeza Micheletti tras el golpe de Estado del 28 de junio.

    Por su parte, la ex presidenta de la Corte Suprema de Honduras, Vilma Morales, representante de Micheletti en el diálogo que tiene lugar en Costa Rica, advirtió que no aceptará ninguna solución que incluye el regreso de Zelaya al poder.

    "No vamos, por ningún punto, a realizar ningún acuerdo sin respeto a nuestras instituciones y sin respeto a la Constitución de la República", afirmó Morales a nombre del gobierno de facto, de acuerdo con el diario hondureño La Tribuna.

    Reciprocidad

    José Darío Arredondo López

    Mientras que el secretario Gómez Mont hace el oso en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la señoraPatricia Espinosa, de Relaciones Exteriores, no se queda atrás ante la decisión de nuestros socios (sic) canadienses de exigir la presentación de visa para poder acceder al país de la hoja de arce, y tronante decreta que se pedirá dicho documento a los miembros del personal diplomático, no así a los ciudadanos canadienses que crucen la frontera, porque éstos representan dinero para el comercio y demás. Turismo mata diplomacia y las palabras son, entre más categóricas, menos eficaces si son emitidas por el gobierno del nopal y las orejas de burro. La reciprocidad se hubiera establecido si nuestro gobierno (sic) se hubiera puesto exigente y solicitara la visa a cualquier súbdito canadiense, para estar parejos, pero no será así. Los canadienses pueden dormir tranquilos y seguir aprovechando la apertura económica de México para ordeñar nuestro subsuelo, entre otros pingues negocios que se les pusieron en bandeja de plata tras la firma del TLC.

    Diplomacia frijolera la nuestra, que pasó de ser un ejemplo internacional a una borrosa caricatura de lo que fue, además de constituir un motivo de tensión en el cada vez más complejo entramado de las relaciones de Hispanoamérica con los vecinos del norte. Con cierta razón se puede desconfiar de la diplomacia mexicana ante la contraofensiva de EE.UU., por el avance de fuerzas democráticas independientes y nacionalistas como son los casos de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, la Honduras de Zelaya, por ejemplo, frente a satélites de los gringos como Colombia y Costa Rica, por citar a dos casos notables de sujeción a intereses extranjeros. México no hace malos quesos y adopta con frescura sin igual las condiciones impuestas por el imperio a semejanza de Colombia, con un plan o iniciativa que sujeta nuestra soberanía a los dineros de Estados Unidos, en menoscabo a la soberanía nacional y a la dignidad de nuestros soldados.

    Véase el triste ejemplo de Colombia, que tras haber sujeto sus decisiones soberanas a los propósitos del extranjero, ahora tiene que ceder espacios militarmente importantes como son las tres bases que ocupará el ejército gringo para “combatir el narcotráfico y la guerrilla izquierdista”, con lo que sale el peine plagado de piojos de la obligación que contraen los pueblos, como México, de rendir informes sobre “derechos humanos” y el destino del gasto derivado de la cooperación con el vecino del norte. Lo que sucede en Colombia está potencialmente señalado para México, porque el esquema es el mismo: las formas de cooperación internacional que se pactan tiene como trasfondo la militarización de América Latina por parte de los gringos, quienes envuelven a los países en una red tejida con dinero y obligaciones para con el Departamento de Estado, lo que se traduce en mecanismos de rendición de cuentas que diluyen la soberanía nacional y subordinan tanto al ejército, la marina y las fuerzas policiacas a los imperativos geoestratégicos de Estados Unidos.

    En el caso mexicano se han cedido espacios de competencia importantes, como ha sido la supervisión extranjera en aeropuertos, tras el atentado del 11/9, el aumento de los agentes de la DEA y últimamente la instalación de un centro de comando “bilateral” en el combate contra las drogas, lo que encaja en los supuestos de la Iniciativa Mérida, y la concesión de que miembros de las fuerzas armadas de México participen en “ejercicios” navales diseñados y dirigidos por Estados Unidos. Las exigencias de la Iniciativa Mérida permiten que nuestros vecinos tengan una mayor presencia en aspectos sensibles de la estrategia contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, lo que significa un paso más en la dirección colombiana.

    A juzgar por los resultados de la lucha contra las drogas, en la actualidad se tiene una mayor influencia de estados Unidos en las decisiones internas de México, mayor vulnerabilidad del gobierno, menor efectividad de las medidas tomadas, aumento en la inseguridad pública, incremento de la criminalidad y sus manifestaciones concretas, como son asesinatos, secuestros, mutilaciones, asaltos, y la adopción de una mentalidad ligada a la fatalidad de las agresiones contra el patrimonio de las familias y su integridad física y moral. De seguir así, la criminalidad desbordará los límites de contención social y tendremos una especie de guerrilla urbana instalada en un territorio balcanizado, en pugna por los espacios de mercado, por el control de una porción territorial cada vez más competida donde la clientela cautiva se convierte en escudo protector y amortiguador de los efectos de la acción gubernamental.

    En este punto, cabría preguntarse, más allá de la apariencia, ¿a quién le conviene esto? Más allá de los obvios beneficiarios que son los poseedores de las franquicias de la droga, resulta obligado señalar a Estados Unidos y sus propósitos de control continental. Existen experiencias documentadas en las que se revela que Estados Unidos, a través de la CIA u otras agencias, han manipulado el mundo de las drogas en beneficio de su política exterior, para el caso, recuérdese el episodioIrán-Contras.

    Al recrudecerse la inseguridad en un país, viene el desquiciamiento de la vida civil y el gobierno requiere de medidas que terminan siendo extremas, por ejemplo, los estados de sitio, la suspensión de garantías constitucionales, la sobre-vigilancia de los ciudadanos y la afectación de la intimidad. La comunicación vía internet y teléfono, se vuelven traslúcidas al ojo del gobierno, se filtran y de repente usted queda clasificado como enemigo potencial del estado, como posible objeto de mayor inquisición. Pero, la criminalidad en acción, potenciada por mecanismos de inteligencia a su disposición, da golpes certeros al aparato de seguridad local y nacional, con lo que quedan al descubierto las partes más sensibles de la articulación social, destruyéndolas y creando caos y desesperación. Aquí, la militarización logra estatuto de necesidad.

    A mayor inseguridad, más presencia de elementos del ejército, más uniformados en las calles, más control de los ciudadanos que dejan de tener vía franca por calles y carreteras del país. Los retenes y filtros se dan por sentados, obedecen a la necesidad de aparentar control de la situación, de simular fuerza, a lo que se añade el discurso agresivo, retador, regañón, ninguneante, soberbio y así inútil en sus esfuerzos por disimular la impotencia gubernamental por dar cumplimiento a las leyes y garantizar el estado de derecho. La presencia de asesores, de ofertas de recursos para el combate a las drogas, de mecanismos de coordinación o cooperación internacionales es parte de la historia de la política exterior de Estados Unidos, que finge ayudas o apoyos a lo que es esencialmente parte de su estrategia de penetración continental, por vía de crear la anarquía en los países y luego ofrecer ayuda para resolverla. En todo este asunto, el gobierno de Estados Unidos aparenta estar interesado en que los países resuelvan sus problemas por sí mismos, y da la impresión de que se respeta la soberanía nacional a cambio de acuerdos que en realidad la vulneran.

    El dinero y los juguetes tecnológicos son la moneda de cambio que sujeta a las soberanías mercantilizadas de Latinoamérica, donde lo “natural” es permitir la presencia de asesores que entrenan tropas, policías y transmiten una forma de actuar y decidir ajena, pero obligada, por el peso de la deuda y los compromisos adquiridos por gobiernos cada vez más débiles y menos legítimos, bajo el expediente de la seguridad nacional.

    El caso de Honduras, donde un gorilato se impuso a la decisión soberana del pueblo al expulsar al presidente constitucional y permitir el relevo en la persona de un político de derecha, habla de la doble moral de Estados Unidos: por un lado finge preocupación por la violación del derecho en el país centroamericano, pero por el otro, no retira a su embajador y sigue proporcionando ayuda económica al gobierno de facto. El pecado del depuesto presidente Zelaya fue apoyar al bloque de países nacionalistas con ideas de izquierda (como Venezuela, Ecuador, Bolivia, etc.) e incorporarse a la Alternativa Bolivariana de las Américas, ante el horror que tiene la derecha empresarial hondureña a las ideas y el proyecto de integración latinoamericana antiimperialista del presidente Chávez (igual pudiera decirse Castro, Correa, Morales).

    Lo que queda claro es que el norte toma decisiones que afectan de manera negativa al centro y al sur del continente, en una serie de acciones que diluyen y nulifican el derecho a la autodeterminación de los pueblos, a las más elementales normas de convivencia, por lo que la reciprocidad obligaría a la unificación de los pueblos de Hispanoamérica contra el imperialismo del norte, lugar geográfico al que pertenece México, pero con raíces, idiosincrasia, tradiciones, lengua, identidad, ligada inextricablemente al destino del centro y sur del continente. Por obviedad, somos parte de las naciones que luchan contra el intervencionismo yanqui, somos latinoamericanos en busca de la unidad con nuestros hermanos del centro y sur, somos un pueblo que merece ser libre, prospero, independiente, soberano, lo que nos obliga a luchar contra el imperialismo del norte y contra el neoliberalismo que nos ata económicamente a sus designios. Debemos entender claramente el sentido de la reciprocidad, y ser consecuentes.

    Correo electrónico: dalmx@yahoo.com

    “notas sueltas” en: http://jdarredondo.blogspot.com

    Califica Correa como "un montaje" video que lo vincularía a las FARC

    Quito, 18 Jul (Notimex).- "Hay todo un montaje para hacer daño a la imagen del país y del gobierno" ecuatoriano, dijo Correa al referirse al caso en su habitual informe semanal.

    El viernes fue divulgado en Colombia un video donde uno de los jefes de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Jorge Briceño, alias "Mono Jojoy", dice que su organización financió la campaña electoral de Correa.

    "Habrá que ver si el video es verdad. De acuerdo con las FARC, es un burdo montaje. No es el primer montaje que se hace, ya ha habido otros montajes haciendo decir lo que no es a ciertos dirigentes de las FARC", agregó el mandatario.

    Correa dijo que la comisión nombrada por su gobierno para que investigue el bombardeo colombiano a un campamento de las FARC en marzo de 2008 también debe indagar si el oficialista Acuerdo País o él recibieron "veinte centavos" de ese grupo.

    Retó a llevarlo a él y al presidente colombiano Alvaro Uribe Vélez a un detector de mentiras ante la Corte Penal Internacional o ante los pueblos de ambos países para que digan si tienen algo que ver con las FARC, los paramilitares o el narcotráfico.

    Correa dijo que hay "una arremetida de la derecha, entre ellos los medios de comunicación social, para desestabilizar gobiernos progresistas" de la región.