El gobernador del Banco de España ha vuelto a mandar un sutil aviso al Gobierno al afirmar que España debe extraer lecciones del caso griego. No es la primera vez que Fernández Ordóñez pone el dedo en la llaga y que, de alguna manera, destapa las miserias del Ejecutivo en materia económica. Es verdad que, afortunadamente, a día de hoy la situación de España no es la de Grecia, pero bien entendido el recado que lanza el Gobernador debe hacernos reflexionar y echar mano del popular refrán que invita a poner las barbas propias a remojo cuando se ve cómo pelan las del vecino.
Si nos atenemos a la gestión del Gobierno, nada invita al optimismo. Es más, cuando la gravedad de la situación requiere medidas urgentes y profundas, lo único que observamos es cómo se intensifica la campaña de propaganda filtrando datos del paro y anunciando medidas propias del más pobre clientelismo electoral.
España necesita un Gobierno que gobierne. Que reduzca el gasto, ajuste el déficit público y aborde reformas en el mercado laboral para que la maltrecha economía española pueda ver, de verdad, la luz al final del túnel. Mientras esto no se lleve a cabo, tenemos razones para temer que en el futuro el “caso griego” no nos quede tan lejano.
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